20080323

ALICANTE-TUI

La Guardia
La Guardia desde Santa Tecla

En lo alto de Santa Tecla

Desembocadura del Miño. Al fondo Portugal

Ayuntamiento y catedral de Tui

Catedral de Tui  




24 y 25 de agosto de 2007, viernes-sábado: (Alicante – Tui)

Viajamos este año Julián Lòpez, su hermano Paco, Antonio Vilaplana, Miguel López, Paco Calatayud y yo (Juan Olmos). Salimos el viernes 24 al anochecer con dos coches: un monovolumen que hemos alquilado y el coche de Miguel. Conducimos toda la noche y parte de la mañana del sábado, alternándonos al volante y parando sólo a repostar, llegando a Tui sobre las 12,oo h.

Como el albergue no abre hasta las 17,oo h., marchamos a Valença do Miño, en Portugal, porque nos indican que el albergue de San Teotonio que hay allí está abierto las 24 horas, pero es al contrario, está cerrado y se tiene que llamar a un teléfono para que vengan a abrir. No conseguimos contactar y nos volvemos de nuevo a Tui y, mientras llega la hora de abrir, nos desplazamos a La Guardia dando un breve paseo por su puerto y comemos allí mismo en un bar unos mejillones, pulpo (excelente), ensalada y sardinas rebozadas y fritas (muy buenas). Luego decidimos subir al monte de Santa Tecla y nos vamos a por los coches que están aparcados distantes entre si, yo me rezago haciendo unas fotos y los demás se marchan dejándome en el puerto, pensando unos que me he ido con los otros. Por supuesto que vuelven a recogerme con el consiguiente cachondeo.

Desde el monte se tienen unas estupendas vistas de la desembocadura del Miño que hace de frontera natural con Portugal, así como del pueblo y puerto de La Guardia al otro lado. Después regresamos a Tui y nos instalamos en el albergue donde hay muy poca gente. La hospitalera ha abierto y dejado instrucciones para que nos vayamos inscribiendo y que nos pongamos de acuerdo para que el último en entrar cierre la puerta.

Tras la supercaliente ducha “escaldapollos” (no se podía regular el agua y sólo salía hirviendo), nos fuimos a visitar la catedral del siglo XII, románica en su planta y fachada norte y gótica en la fachada principal, donde adquirimos las credenciales y nos ponen el primer sello. Luego a tomar unas cervezas y a ver el partido entre el Real y Atlético de Madrid (2-1). En el mismo bar preguntamos a una señora dónde se podían conseguir los conocidos “pececitos de almendra” que elaboran las llamadas monjas “encerradas” (Clarisas), dando la casualidad que acababa de comprar ella una bolsa, invitándonos muy amablemente a degustarlos (muy buenos, por cierto). Al finalizar el partido, un buen bocata, paseo por el casco antiguo y a dormir que llevamos muchas horas de viaje sin descansar.

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